Nadie empieza sabiendo cantar. Todas las personas que pasan por mis clases llegan con inseguridades, tensión vocal o miedo escénico. Y poco a poco, con práctica y acompañamiento, descubren que su voz tiene más fuerza y claridad de la que imaginaban. Aquí comparto algunos de sus testimonios. Lo que dicen refleja lo que trabajamos juntas en cada clase.
Vine sin saber si servía para esto. Ahora no solo canto mejor, también disfruto más de mí misma. Martha sabe cómo acompañar sin presionar.
Tenía miedo escénico y me ayudó a soltarlo poco a poco. Sus clases son prácticas y humanas. La mejor inversión en mí.
Soy profesora y acababa con la garganta destrozada. Con ella aprendí a hablar sin dañarme. Nunca pensé que algo tan simple fuera tan efectivo.
Me apunté sin saber cantar y con mucha vergüenza. Pero cada clase me hizo sentir más cómoda. Aquí nadie se ríe ni te exige de más. Aprendes sin presión. Hoy canto en casa, en público y hasta me atreví a subir un vídeo. Eso para mí es un cambio gigante.